Por Eduardo Morgan Jr.
Publicado por La Estrella de Panamá
Agosto 20, 2018
En esta fecha por siempre gloriosa en la historia de Panamá, 7 de septiembre, vino a mi memoria el homenaje, en 2016, que el entonces ministro de Gobierno, Milton Henríquez, ofreció a los que tuvimos la responsabilidad de ocupar, en algún momento, el cargo de Ministro de Gobierno. El honor me lo dispensó Milton, porque, según los anales que manejaba, soy uno de los decanos de los ministros de Gobierno que aún andábamos por este mundo. No dejé de reconocer que Milton pudo haber dado un salto cronológico y salirse del paso ignorando mi existencia, poniendo como excusa la consagrada frase ‘ministros de la Democracia’. Hoy reproduzco el discurso que pronuncié en aquel acto, porque sigue tan vigente como nuestra sostenida lucha por la dignidad de Panamá.
‘Hoy, 7 de septiembre esta gentil invitación de Milton coincide felizmente con la celebración del trigésimo noveno aniversario de la de la firma, en la OEA, de los Tratados Torrijos – Carter. Y Milton ni más ni menos, ha resucitado hoy el 11 de octubre de 1968, fecha de gran trascendencia en nuestra historia: los 13 años que cambiaron nuestro país. Sospecho que Milton ya me perdonó que en el programa radiofónico Infoanálisis (siempre me invitan para hablar del 11 de octubre) le dije, palabras más, palabras menos, ‘Milton, la génesis de la Democracia en Panamá es el 11 de octubre de 1968′. Todavía no borro de mi memoria su mirada y el ‘¡Cómo!’. Y mi rápida respuesta: ‘A mí me tocó como ministro de Gobierno intervenir en el nombramiento de la Junta Asesora que presidida por ese insigne jurista, Ricardo J. Alfaro, se encargó de iniciar las reformas electorales’. Recordemos que antes de las reformas electorales siempre ganaba el partido que estaba en el Gobierno (ahora siempre gana la oposición); y es parte de nuestra historia el famoso recuento de votos, cuando el comandante José A. Remón depuso al presidente Dr. Daniel Chanis, quien sucedió a Domingo Díaz (que había fallecido siendo presidente) y en el recuento se reconoció la victoria del candidato opositor, Dr. Arnulfo Arias Madrid.
Por supuesto que el gran logro de Torrijos fueron los Tratados Torrijos – Carter, que consolidaron nuestra independencia como Nación, la recuperación del Canal y nuestra gran riqueza, la posición geográfica. Nuestro Centro Financiero también fue creado en esa época. Todo esto lo logró al establecer un Gobierno de talentos. Las ideologías desaparecieron y fueron reemplazadas por una sola: la unidad del pueblo panameño para luchar por la consolidación de nuestra independencia y soberanía en todo nuestro territorio.
Esa unidad Torrijos la trasladó primero a nuestros hermanos de América Latina y el Caribe y luego, como apóstol, viajó por el mundo entero para convertir a todas la naciones a la causa panameña.
Hoy me permito sugerirle a Milton que se señale esta fecha como el Día de la Solidaridad de América Latina y el Caribe con Panamá, solidaridad que fue decisiva para mover al imperio norteamericano a acceder a nuestras pretensiones. La fuerza de este apoyo aparece en Internet en los documentos desclasificados este año por Estados Unidos sobre las negociaciones. El documento 77 es una transcripción de una reunión del Consejo de Seguridad de EE.UU., presidido por el presidente Gerald Ford para tratar el tema del Tratado con Panamá. Dice en síntesis: ‘Panamá nos importa un bledo; el problema lo tenemos con América Latina’. Y agrega Ford: ‘Cada vez que un mandatario nos visita el tema es Panamá’. Y dice Kissinger: ‘Cada vez que un funcionario nuestro va a alguno de esos países, el tema es Panamá. Si no concluimos un tratado con Panamá tendremos un problema permanente con América Latina’.
Nuestro país tiene una historia que merece ser contada. Es ejemplo de cómo un país pequeño es despojado por el imperio colonial de su riqueza, mediatizada, su soberanía y condenado a perpetuidad a la pobreza. Cómo logramos recuperar nuestra soberanía total y nuestra riqueza debe ser materia obligatoria del curso de relaciones con EE.UU., para que nuestros jóvenes conozcan de la lucha de nuestro pueblo que nos permitió ganar la guerra de la verdadera independencia.
En estos hechos históricos sobresalen los conceptos ‘Verdad’, ‘Dignidad’ y ‘Denuncia’.
El primero, la Verdad, destaca el atraco que se cometió con Panamá en la interpretación y aplicación del Tratado Hay – Bunau-Varilla. Para Panamá, país de servicio, el Canal era un complemento al ferrocarril y sus puertos. Nuestra riqueza no venía ni de la minería ni de la agricultura, sino de ser un país de tránsito. El nuevo tratado firmado con apuro y en horas de la noche por John Hay y Phillipe Bunau Varilla dejaba a Panamá sin las garantías que el Herrán – Hay le daba a Colombia. Sin embargo, a Panamá se le engañó con la cláusula que dejaba fuera de la concesión las ciudades de Panamá y Colón y sus puertos, que eran la razón de ser del tratado para Panamá. Cuando Panamá, en la nota que el embajador de Obaldía entrega a John Hay (preparada por el insigne Eusebio A. Morales), reclama a EE.UU. que estaba ocupando los puertos sin derecho, este le contesta una nota que confiesa el atraco hecho a nuestro país y es el preludio del maltrato que los panameños recibieron en su propio país. En esa nota le dice que el Tratado ha sido interpretado por Bunau – Varilla, embajador de Panamá, y que los puertos a los que se refiere el Tratado son los del Mercado Público, el Muelle Fiscal y el de Folks River en Colón. Y que por ciudades de Panamá y Colón se entiende solo lo ya construido.
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