Por José Salvador Muñoz
Publicado en La Estrella
18-abril-2013
En los países herederos del Derecho inglés, el concepto del Derecho se circunscribe a la Ley, que por supuesto puede tener, en algunas ocasiones, fines que no concuerdan con los que seguimos el concepto del Derecho, según el Derecho Romano.
Recordando la frase coincidente de los famosos juristas romanos CELSO y ULPIANO, para nosotros el Derecho es ‘el arte de lo bueno y de lo justo’.
A raíz de la polémica que se ha desatado en nuestro país por razón de los intereses crematísticos, de lo que denominó en reciente escrito don Roberto Brenes, gerente de la Bolsa de Valores de Panamá: el ‘Cartel Bancario’, y que por cuestiones de gusto personal me inclino a usar la palabra ‘monipodio’, he observado los argumentos que se esgrimen de una u otra parte.
A los que están a favor, los delata la manera de caminar.
El abogado, creo, Jaime Alemán sostiene que la eliminación o inmovilización de las acciones al portador es buena para ‘nuestra industria’, y que de no hacerlo, los efectos negativos que la norma pueda tener en ‘el mercado’ y ‘que estaríamos en desventaja competitiva’.
La firma ALEMAN, CORDERO, GALINDO y LEE, en nota que dirige al señor presidente de la Asamblea Nacional, publicada en el periódico La Prensa el 7 de marzo de 2013, sostiene que las ‘principales firmas’ de abogados de Panamá ‘dedicadas al negocio’, igual que la ‘Asociación Bancaria de Panamá’ y la ‘Cámara de Comercio e Industria’ están a favor de que ‘se adopte esta medida’.
La Asociación Bancaria, en nota dirigida a la Asamblea Nacional de Diputados, se queja de que en el Proyecto de Ley se estipula que la fianza de cumplimiento debe ser expedida por las compañías de seguros, dejando por ‘fuera a los bancos’, ‘que son parte integral del negocio’.
Los que nos oponemos, hablamos de instituciones jurídicas; no de negocios, mercados, competitividad, comercio o cualquiera de los 30 sinónimos que tiene la palabra comercio.
Así se lee en comunicados expedidos por: Asociación de Abogados Internacionales, decano de la Facultad de Derecho de Universidad de Panamá, Asociación Panameña de Derecho Marítimo, Movimiento de Abogados Gremialistas, expresidentes del Colegio Nacional de Abogados, y en contestación al señor embajador de los EE.UU. por Expresidentes del Colegio Nacional de Abogados de Panamá.
Aquí quiero hacer un paréntesis. Quizás a muchos abogados les agradaría solicitar a ‘las grandes’ y ‘principales firmas’ de Panamá que aclaren en qué consiste la acepción de los términos ‘principal’ y ‘grandes’. En realidad el tema sería de larga, divertida y pintoresca discusión.
Con la excusa del dinero del narcotráfico y terrorismo, el asunto de las acciones al portador, se viene dando en los países mayuyones como pretexto para que los países pequeños les sirvan de recaudadores de impuestos, tal como lo señalan informaciones periodísticas de los EE.UU., desde la década del 80 del siglo pasado. Antes de la era cibernética los intereses de los mayuyones y su codicia la resolvían o con barcos de guerra cañoneando a los pequeños países o a los débiles y díscolos, con invasiones. Ahora lo solucionan con listas negras y sanciones de las organizaciones internacionales que ellos controlan.
En cuanto a la actividad bancaria, eso es harina de otro costal. Diariamente se lee cómo las impúdicas pretensiones de muchas de esas entidades ha llevado y contribuido a las graves crisis económicas a países tanto de Europa como de América.
El asunto entre nosotros ya está llegando a posiciones extremas. Ahora resulta, según información periodística, que mediante un ‘acuerdo’ de la Superintendencia de Bancos y la Asociación Bancaria, el sector bancario busca prohibir las acciones al portador. Esto ya es el aquelarre jurídico. La altanería y vanidad del monipodio los lleva a querer convertirse en Asamblea Legislativa.
Esperaré el nuevo engendro con ínfulas de juridicidad.
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