El doctor Eduardo Morgan Jr., LL.M. de la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale, socio fundador de Morgan & Morgan y ex embajador de la República de Panamá en Washington, D.C., brinda un excepcional y profundo análisis sobre la calificación de los Estados Unidos en el informe del Peer Review Report (GF PRR) 2011 en el que se desvela el inaceptable doble estándar de la OCDE respecto de los Estados Unidos, su principal miembro. El análisis documenta cómo los Estados Unidos predica la “transparencia y el intercambio de información para propósitos fiscales” al tiempo que ofrece a los extranjeros y a los intermediarios financieros un blindaje completo de información a sus países de origen (con excepción de Canadá) para atraer, de esta manera, más de 10 trillones de dólares en inversiones y depósitos bancarios extranjeros. En consecuencia, el doctor Morgan corrobora lo que varios especialistas y estudios sobre el tema revelan: que los Estados Unidos es el mayor paraíso fiscal del mundo.
A pesar de que el 17 de abril de 2012 el IRS finalmente estableció regulaciones bajo la Sección 6049, para requerir de las instituciones financieras de los Estados Unidos, información sobre pagos de intereses a determinados individuos extranjeros no residentes, el doctor Morgan señala que estas reglas, publicadas el 19 de abril en el Registro Federal, solo se aplican a depósitos bancarios en ciertas instituciones de ahorros y compañías de seguros con acuerdos para el pago de intereses a personas naturales. Peor aún, el IRS excluye deliberadamente de la obligación de reportar cuentas bancarias de extranjeros, a los clientes escudados por el acuerdo QI, y otros ingresos exentos tales como los de intereses sobre bonos o por ganancias de capital. Por tanto, para efectos de transparencia y de intercambio de información, estas reglas tienen graves defectos.
El estudio es muy relevante en el marco de los acontecimientos recientes y los debates actuales sobre “Transparencia e Intercambio de Información Tributaria”. El doctor Morgan cita numerosos estudios, documentos e informes de la OCDE y del propio gobierno de los Estados Unidos que revelan con claridad hechos que socavan gravemente la credibilidad del Foro Global. Da a conocer la conspiración de la OCDE para “prevenir que centros financieros no tradicionales compitan con sus socios en las actividades de negocios financieros” y concluye su análisis reconociendo el liderazgo de los Estados Unidos en los asuntos mundiales, e insistiendo en su obligación ética de garantizar coherencia entre su política y sus prácticas.
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