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La OCDE anda sin rumbo

Por Alvaro Tomás

Publicado por diario La Prensa

Agosto 7, 2016

La OCDE anda sin rumbo: Álvaro Tomas

“Ya no somos solamente unos cuantos panameños y un par de gringos libertarios los que se quejan de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El economista y catedrático mexicano Luis Pazos (ver: www.luispazos.com), graduado de economía en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, y en administración pública en la Universidad de Nueva York, con más de 41 libros sobre temas económicos y políticos y una hoja de vida impresionante, señala que la OCDE anda sin rumbo.

Sí, a ese desparpajo burocrático y cobarde llamado OCDE, que quiere hacer de Panamá su chivo expiatorio, se le olvidó el fin para el que fue creado y ahora, con el afán de mantener la calidad de vida de sus ejecutivos y favorecer a los países que integran al club de los ricos, culpa a los mal llamados paraísos fiscales de las pésimas gestiones administrativas de gobiernos socialistas que han resultado –salvo honrosas excepciones– una pérdida de plata del contribuyente y un ancla al crecimiento económico.

En el artículo publicado el 27 de julio de 2016, “La OCDE pierde la brújula” (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/la-ocde-pierde-la-brujula), Pazos analiza que más allá de dar soluciones, la OCDE es un vampiro chupasangre (mis palabras) que solo sirve para mantener una cúpula de burócratas que le imponen, coercitivamente, al mundo las fórmulas fiscales y económicas que un grupo de países ricos considera son correctas para que ellos hagan crecer sus economías. El resto de los países que se frieguen.

Pazos infiere que la OCDE dejó de dar soluciones viables y justas, solo para dedicarse a mantener a flote su enorme y costosa burocracia. Dice Pazos: “La OCDE, más que una institución que promueve el crecimiento parece un club de secretarios y exsecretarios de Hacienda, que buscan más ingresos para los gobiernos “gastalones”, y no verdaderas vías para un mayor crecimiento, que implican menores gastos gubernamentales”. Como señala Pazos, en su artículo, Ángel Gurría (secretario general de la OCDE) responsabiliza el bajo crecimiento a la débil inversión de las empresas “… pero omitió decir [Gurría] que esa inversión débil se debe a que la mayoría de sus ganancias, que es de donde sale la inversión, se destinan a pagar impuestos, que en poco o nada contribuyen al crecimiento, al utilizarse en gastos improductivos y para cubrir intereses de deudas excesivas e irresponsables de los gobiernos”.

Según dice la propia OCDE, en la página https://stats.oecd.org//Index.aspx?QueryId=58204, son los países con menor tasa de impuestos corporativos los que están en mejor situación económica (salvo excepciones como Estados Unidos), por ejemplo: Canadá (15%), Alemania (15.83%), Irlanda (12.5%) y Suiza (8.5%). Entre los que más impuestos pagan a las empresas para mantener sus burocracias estatales están: Bélgica (30%), Francia (34.43%), Grecia (29%), Portugal (28%) e Italia (27.5%). De estos últimos ejemplos, dos países han sido salvados de la quiebra por los bancos centrales europeos, Italia tiene un problema bancario muy serio que lo puede llevar a la insolvencia, y Francia está en su propia categoría, como los malcriados que se quejan de todo, pero no alzan la voz cuando su presidente le paga $11 mil dólares mensuales, con cargo al erario público, a su peluquero (no en vano decía Jean-Jaques Rousseau que el inglés está predispuesto al orgullo y el francés, a la vanidad).

Es tan clara la relación inversa –cobrando menos impuestos es mayor el crecimiento económico–, que no verlo así solo puede llevarnos a la conclusión de que la OCDE está llena de ejecutivos que, fracasados en la empresa privada, ahora buscan extender su vida laboral, ofreciendo al mundo conspiraciones de tesoros escondidos en países pequeños, que solo buscan competir en la economía global mediante una política fiscal conveniente para sus intereses y no para los de la OCDE.

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