(traducción del artículo «World´s Best Tax Havens de Richard Murphy publicado por Forbes en Julio, 2010)
Por mucho que uno lleve varios años intentando evitar los problemas que se derivan de los paraísos fiscales, la gente sigue preguntando cuáles son los mejores lugares del mundo para proteger el dinero de Hacienda.
Con el fin de dar una respuesta definitiva a esta pregunta, decidí trabajar con la Red Justicia Fiscal. Por supuesto, «mejor» es un término bastante subjetivo, así que lo primero era definirlo.
Hemos utilizado dos definiciones. La primera fue una medida de la opacidad del lugar: el grado de secretismo que lo envuelve. Hay buenos motivos para esto: hace un tiempo dejé de intentar encontrar una definición para «paraíso fiscal», porque parecía una tarea bastante ingrata.
En su lugar, sugerí que, salvo que un lugar sea una jurisdicción con secretismo (secrecy jurisdiction), que significa que sus normativas se han creado intencionadamente en beneficio y para el uso de los no residentes, no se puede hablar de un paraíso fiscal. En efecto, este tipo de jurisdicciones crean unas normativas diseñadas para perjudicar la legislación o reglamento de otra jurisdicción.
Para facilitar su uso, las jurisdicciones con secretismo crean también un velo de secreto, intencionado y con soporte legal, para blindar las identidades de las personas que hacen uso de este sistema regulador flexible. Este punto es importante. Aunque las personas que se valen de las jurisdicciones con secretismo afirman que sus actividades son perfectamente legales, aparentemente no quieren que la gente sepa nada de ellos. Por eso el secretismo es clave.
En segundo lugar, disfrutar del secretismo en un lugar donde no se sabe manejar bien el dinero es poco práctico si, al igual que la mayoría de los usuarios de este tipo de jurisdicciones, el objetivo es mover nuestro dinero sin que nos hagan demasiadas preguntas.
Por eso, añadimos otro criterio, bastante sencillo: para que sea considerado importante, el lugar tiene que ofrecer la posibilidad de mover el dinero en cantidades considerables; si no, no entraba en nuestra lista.
Estas dos características, combinadas, crean un índice de jurisdicciones con secretismo, o paraísos fiscales, denominado el Índice del secretismo financiero.
La investigación fue fascinante. Primero tuvimos que determinar las jurisdicciones con secretismo. Para eso, elaboramos una «lista de listas», observando los listados de paraísos fiscales en un periodo de más de 30 años y seleccionando para contrastar todos los lugares que aparecían en dos listas o más durante todo ese periodo, por decirlo de un modo algo genérico. Después, nuestro equipo buscó información sobre distintos aspectos (unas 200 variables por lugar). Aquí puede consultar los resultados.
Se seleccionaron doce criterios como indicadores clave de la opacidad: desde si existía un secretismo bancario formal o no hasta si las cuentas debían quedar en un registro público o el número de acuerdos de intercambio de información fiscal con que contaba la jurisdicción. Cuando se marcaba un lugar por su opacidad, no había nada transparente en él. Así acabamos con una lista de los sospechosos habituales: Suiza, Malasia (Labuan), Barbados, Bahamas, Vanuatu, Belize, Brunei, Dominica, Samoa, Seychelles, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y las islas Turcas y Caicos.
Después, teníamos que determinar la cantidad de dinero que pasaba por cada lugar, valiéndonos de los datos del Fondo Monetario Internacional. Los 10 primeros fueron:
Reino Unido (City de Londres), Estados Unidos (Delaware), Luxemburgo, Suiza, Islas Caimán, Irlanda, Hong Kong, Singapur, Bélgica y Bermudas.
Desde luego, no afirmamos que todo este dinero sea ilícito, en absoluto, pero si el objetivo es ocultar dinero ilícito, ¿dónde será mejor hacerlo? ¿En un sitio donde se destaque del resto o en un lugar donde pueda esconderse como una aguja en un pajar? Los grandes números ayudan a los propietarios de dinero de origen dudoso a camuflarse, y los lugares que citamos son lugares muy grandes.
Combinando las dos listas (y añadiendo un poco de matemáticas en el camino, tengo que admitirlo), obtenemos una lista con 10 lugares destacados. Se trata de las 10 jurisdicciones con secretismo más destacadas del mundo, según la Red Justicia Fiscal: Estados Unidos (Delaware), Luxemburgo, Suiza, Islas Caimán, Reino Unido (City de Londres), Irlanda, Bermudas, Singapur, Bélgica y Hong Kong.
La lista final probablemente sorprenderá, escandalizará y quizás molestará a mucha gente, pero para citar lugares como Londres o Delaware como paraísos fiscales entre los que podríamos considerar los sospechosos más habituales hay buenas razones.
El secretismo no es algo que ocurra, como muchos piensan «muy lejos». En realidad, también ocurre en nuestras propias casas.
El grado de secretismo corporativo que ofrece Delaware a las empresas que operan en el lugar es muy significativo. Hay que decir que Nevada y otros estados lo ofrecen también, pero dado que son más las empresas que recurren a Delaware, su nombre se destacaba del resto.
Londres también se ha ganado a pulso su lugar en la lista. No se trata únicamente de que muchas de las jurisdicciones que figuran habitualmente en nuestra lista (desde Jersey hasta las Islas Caimán) se beneficien de la protección y el apoyo británicos. Lo cierto es que todos ellos actúan como sucursales de la City londinense, la milla cuadrada que constituye el epicentro financiero de Londres.
La City es prácticamente un gobierno para y por sí misma, dentro del Reino Unido, capturada y controlada por la industria financiera que mantiene secuestrado el resto de la economía. Desde allí flujos innombrables se mueven por todo el mundo, muchos ocultos por el invento británico definitivo en cuanto al secretismo: la confianza. Debido al poderío financiero de la City, que hemos tenido ocasión de ver una y otra vez durante esta crisis económica, el gobierno del Reino Unido parece incapaz de plantarle cara y de cuestionar las transacciones que quiere realizar la City.
- Red Justicia Fiscal
- Índice del secretismo financiero
- Aquí puede consultar los resultados
- Fondo Monetario Internacional
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