La OCDE fue creada originalmente como una organización para promover el comercio entre los países desarrollados y para construir bancos de datos estadísticos. Ahora se ha transformado en una organización cuyo principal objetivo parece ser la recolección de impuestos para los gobiernos miembros.
La semana pasada, Ángel Gurria, secretario general de la OCDE, dijo que era el “deber” de las empresas internacionales detener el empleo de estrategias para reducir impuestos, mientras dirigía algunos de sus comentarios directamente a Apple y a Google.
El señor Gurria parece pensar que el propósito de las empresas es pagar impuestos. Y no es así. El propósito de un negocio es maximizar los retornos a sus accionistas mediante la producción de bienes y servicios para satisfacer los requerimientos, deseos y necesidades de sus clientes.
De hecho, los funcionarios de las empresas tienen la responsabilidad fiduciaria, con sus accionistas, de emplear estrategias legales de minimización de impuestos en la medida que les aumente la ganancia neta.
La mayoría de los economistas fiscales consideran el impuesto de corporaciones como uno de los peores impuestos y muchos argumentan a favor de su abolición. El profesor Reuven Avi-Yonah, de la Michigan Law School, quien ha sido consultor tanto del Tesoro de los Estados Unidos como de la OCDE, escribió que un amplio apoyo al impuesto sobre el ingreso corporativo proviene de “la creencia equivocada de que las corporaciones lleva la carga del impuesto, mientras que las personas alfabetizadas en economía saben que los impuestos solo pueden ser asumidos por las personas naturales.”
https://www.washingtontimes.com/news/2014/feb/17/rahn-being-taxed-for-bad-advice/
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