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Un tigre de papel: La OCDE

La OCDE ataca nuevamente a nuestro país, ataque que ya linda en lo ridículo.

Así, Pascal Saint-Amans, el titular del Global Forum, último proyecto de este Cartel para acabar con la competencia financiera de los llamados centros offshore,  acaba de declarar que los 12 Tratados para evitar la Doble Tributación (TDT) no son suficientes para permanecer en la “Lista Blanca” y que tenemos que prepararnos para una segunda revisión a ver si cumplimos los “estándares”, los cuales incluyen las mejoras en la transparencia de los datos de propiedad de las compañías  y los estándares contables.  (Citado por   Business news Americas, 4 de agosto 2011))

Este Club de países ricos, como lo tilda la revista The Economist , considera que la transparencia y el efectivo intercambio de información son el estándar internacional y no la competencia fiscal y el respeto a la privacidad.  Esta, competencia y privacidad, es la que predica y práctica Estados Unidos, su socio principal y el líder del G7 y  aquella, (trasparencia y efectivo intercambio de información),  es la que nos quieren imponer a los países que no son socios de su Club.

Pareciera que la OCDE desconoce que el IRS está tratando de que los bancos de EEUU le den información de los depósitos de extranjeros (que no pagan impuestos)  para poder suministrarla a sus países de origen, (o sea,  que no la tienen y no la dan), y  que a diferencia de Panamá, EU no tiene en su legislación la norma de conocer al cliente.  (Un proyecto  de ley del Senador Levin,  en tal sentido está pendiente en el Congreso desde el 2006 y  no ha podido ser aprobado por la oposición férrea, de entre otros,  los senadores de Delaware y Nevada porque afectaría el negocio de sociedades de ambos Estados.)

Es tan obvio que lo que la OCDE  persigue, como todo buen Cartel, es proteger a sus socios de la competencia de terceros, que nos cuesta entender el afán de algunos de someterse a sus designios con el argumento equivocado de que la salida de la «lista gris» ayudará en los esfuerzos de Panamá por convertirse en un centro financiero regional, “puesto que entrega una imagen más limpia del país al extranjero y que algunos bancos internacionales también han adoptado la política de no operar en países que forman parte de la lista gris, lo que se había transformado en un obstáculo para atraer a estas entidades a Panamá”.

 Si Panamá firma acuerdos tributarios con sus principales socios, las amenazas de la OCDE son irrelevantes y seguir participando en este jueguito es de tontos. La salida de la lista no hace ninguna diferencia práctica. Ningún país que nos tiene en listas negras nos ha sacado de las mismas por haber salido de la lista de la OCDE, ni lo van a hacer. Sólo nos han sacado aquellos con los que hemos firmado TDT (EEUU nunca nos tuvo en lista negra, por lo que el TIEA con EEUU no sólo no nos da nada a cambio, sino que no vino a resolver nada en lo absoluto, como lo demuestra esta nueva comunicación de la OCDE).

Recomendamos,  a los que dudan de nuestro país, leer la revista The Economist (14/7/2011)  que se refiere a Panamá como el país  latinoamericano de mayor crecimiento y con un futuro promisorio. Que sus  “excelentes bancos, su economía abierta y las filas  de barcos en sus puertos, hacen que  muchos la comparen con Singapur….pero este país la envidiaría por  su  crecimiento del 2005 al 2010 de más del 8% anual, el mayor de las Américas. …  El FMI espera que su crecimiento esté por encima del 6% durante los próximos 5 años…y  tomando en cuenta su poder de compra, es uno de los 5 países más ricos  de América Latina”. El artículo escudriña las causas detrás de esta riqueza, que no son otras que la posición  geográfica de la cual estuvimos privados hasta los Tratados Torrijos-Carter, a la cual accedimos en plenitud en el año 2000 al recuperar el Canal y áreas adyacentes. El artículo también menciona los puntos débiles de nuestro país, entre los cuales destacan la deficiente  educación; la pobreza, principalmente  en las áreas indígenas, y la débil institucionalidad democrática.  Pero por ningún lado menciona a la OCDE y a sus listas.

La OCDE es un tigre de papel y todos sus argumentos son absurdos. Lo que Panamá debería hacer, tal como lo aprobó en su momento el gabinete (y que no entiendo porqué no se ha hecho), es empezar a aplicar la Ley de Retorsión e iniciar un caso en la OMC contra quienes discriminan contra Panamá. Así acabaría con los grotescos malabarismos del cartel OCDE y perdería su relevancia sobre un asunto cuyo descarado fin es salvaguardar sus intereses.

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