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Desenmascarando a la OCDE

Eduardo Morgan Jr.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no es, como pretende hacer ver, una verdadera organización internacional, encargada de establecer los estándares internacionales para la cooperación en materia fiscal. Es simplemente una organización de países ricos y, como lo dicen sus estatutos, fue establecida para el desarrollo de las economías y del nivel de vida de sus socios. Verdaderas organizaciones  internacionales son,  la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Fondo Monetario Internacional, (FMI), de las cuales son miembros  casi todos los países que componen nuestro mundo. A la OCDE, la componen solo 32 países que la revista The Economist, cataloga como un club  de países ricos;  y Paul Krugman profesor de la Universidad de  Princeton y premio Nobel de Economía 2008, como un think tank.

En mis escritos, basados en información tomada de los archivos de la OCDE,  la he descrito como un cartel, que busca  que terceros países no compitan con sus socios en negocios financieros.  Es la inventora del término  “paraíso fiscal” y de las listas negras, grises y blancas, que la hizo objeto de una crítica feroz de la revista The Economist, que la catalogó de hipócrita.

La guerra abierta contra la competencia financiera la inicia en 1998 con la publicación del documento “Competencia fiscal dañina- Un problema global”. Allí definen  lo que para ellos es un paraíso fiscal dañino, y llegan al extremo de considerar la percepción como un elemento válido para identificarlo. Esto quiere decir, que Panamá, sin ninguna de las características que catalogan un paraíso fiscal (nuestras leyes fiscales no discriminan entre nacionales y extranjeros) lo era porque así lo percibían ellos. ¡Increíble!

Cuando los países afectados protestaron porque casi todos los socios de la OCDE, empezando por EE.UU., su socio más importante, tenían esa condición, “cambiaron el disco” y empezaron a decir que el estándar internacional es la transparencia y el efectivo  intercambio de información fiscal. De aquí vienen las presiones contra Panamá que, indudablemente, les preocupa por ser el único centro financiero internacional  del  continente americano que compite con Miami.

Nuestro gobierno tiene la oportunidad de sacar a Panamá del chantaje de la OCDE, como la pequeña isla de Barbados que hizo “recular” a esta nefasta organización cuando la amenazaron con la lista negra. Esta oportunidad nos viene nada menos de los propios EE.UU., su socio más importante, el que paga el 25% de su presupuesto y establece sus políticas y que, con la complicidad de Francia, la utiliza para conseguir la aniquilación de nuestro centro financiero y del negocio de sociedades anónimas; el primero para Miami, y el segundo para Delaware y otros Estados. 

Que nuestro país tiene un Dios que lo protege se hizo patente cuando el 2 de marzo pasado los 25 Congresistas de Florida, (posteriormente uno de sus Senadores y los dos Senadores de Texas también lo hicieron) escribieron al Presidente Obama conminándolo a que no  aprobara un proyecto de reglamento del IRS (su Dirección de Ingresos) para que los bancos den información de los depósitos  de extranjeros a sus respectivos países.

Esa carta, que es pública, sirve para que nuestro gobierno se la enrostre a la OCDE y, al igual que hizo Barbados, le exija que nos saque inmediatamente de su lista gris y elimine toda la información negativa contra nuestro país en el “cacareado” Foro Global (otra de las herramientas que el cartel utiliza para eliminar la competencia).

Seguidamente cito algunas de las afirmaciones de los congresistas de Florida, que describen el sistema de Paraíso Fiscal de EE.UU.  para que el lector considere si la OCDE puede aseverar que la transparencia y el intercambio de información efectivo es el estándar internacional, o por el contrario, el verdadero estándar es la competencia y el respeto a la privacidad, tal como lo practica su socio principal,  los EE.UU.

“Por más de 90 años, los EE.UU. han reconocido la importancia de los depósitos extranjeros y se han abstenido de gravar con impuestos  los intereses generados por ellos, o requerir que se reporten”. (¿tax haven transparente o competencia fiscal y privacidad?).

“De acuerdo con el Departamento de Comercio, los extranjeros tienen $10.6 trillones invertidos pasivamente en la economía norteamericana, incluyendo cerca de “3.6 trillones reportados por los bancos y casas de valores de EEUU”. “De hacerse efectiva la norma propuesta, las compañías norteamericanas perderían cientos de billones de dólares en depósitos a instituciones en jurisdicciones que son nuestra competencia y que protegen la privacidad de los clientes.  La meta que se pretende con esta regulación no se alcanzará, sino que dejará en desventaja a las instituciones financieras norteamericanas y a la economía de los EE.UU.”.

Ya nuestro Canciller “paró en seco” a Francia cuando esta exigió que nuestras sociedades llevaran libros en Panamá, aunque sus operaciones fueran en el extranjero. Ahora, y con mayor razón, debe hacerlo con la OCDE valiéndose de la carta de los Congresistas para exigirles que no sigan interfiriendo con nuestro país que en materia de bancos y de sociedades es  ejemplo, no solo para EU, sino para el mundo. Si lo hace con energía y públicamente, el país ganará muchísimo y también la sociedad mundial, que todavía está pagando el costo de la debacle financiera consecuencia de la hipocresía y falta de moral de los países de la OCDE.

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