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Bitácora del Presidente

Diario El Siglo

Ebahim Asvat

Abril 2010

No hay que gastar pólvora en gallinazo. Es lo que yo le recomendaría al Gobierno Nacional sobre el interés por que los Estados Unidos ratifique el Tratado de Libre Comercio que ha firmado con nuestro país. Ese gasto en cabildeo es en estos momentos innecesario. La economía norteamericana está enferma y pretender que un Tratado de Libre Comercio o TPC pase por el complejo proceso de ratificación en estos momentos es una ilusión a la panameña.

Las palabras del senador Christopher Dodd no han podido ser más honestas. Las debemos tomar «ad verbatim» porque siempre ha sido un amigo de Panamá y su experiencia en los quehaceres del congreso americano y su mecánica son invaluables. Olvidemos el TPC con los Estados Unidos. Tenemos tareas mucho más importantes que realizar. Nuestra economía creció sin TPC a tasas astronómicas en los últimos cinco años comparado con el resto de los países de la región. No debemos desesperarnos por un TPC con los Estados Unidos si a la fecha no le hemos podido sacar utilidad a los TPC que hemos firmado con Taiwán, Singapur y otros países de la región latinoamericana. No podemos perder la perspectiva de que somos apenas un país de 3.5 millones de habitantes y no necesitamos abocarnos ciegamente a un proyecto comercial cuando la contraparte no lo considera de interés inmediato. Panamá debería revisar su política comercial y estoy seguro de que si concentra su atención en lograr el grado de inversión sobre sus títulos valores en el mercado internacional, lograremos resultados mucho más alentadores que la espera por un TPC con los Estados Unidos. Es más, me llamó la atención que dentro del Plan Estratégico 2010-2014 que aprobó el Gobierno Nacional, el objetivo de firmar TPC con un sinnúmero de países no se haya incluido como factor determinante del posicionamiento del país. Lo que indica que para los propósitos de nuestra visión estratégica frente al mundo, los TPC no añaden mucho a la generación de la riqueza nacional. Por un lado, seguimos como veletas, buscando desesperadamente acuerdos comerciales que poco impacto tendrían para el país, y por el otro, descuidamos objetivos nacionales mucho más efectivos y ejecutables en el campo logístico, de turismo, agricultura y servicios financieros. Hoy Panamá, por razones de la liberación económica, la globalización y el surgimiento de nuevas potencias económicas, tiene muchas oportunidades. Ya no es determinante engancharnos como vagón al tren de la economía norteamericana. Un TPC con los Estados Unidos no sería malo, pero tampoco un tema de vida o muerte. No desgastemos nuestras energías cuando tenemos otras tareas pendientes que nos permiten seguir manteniendo crecimientos económicos altos. Creo sinceramente que alcanzar el grado de inversión es tarea primordial. Fortalecer el centro financiero de las amenazas de las listas negras y grises es otra. Que el tratado se logre cuando los Estados Unidos se convenzan. Mientras tanto, no se acabará el mundo para los panameños.

Por: Ebrahim Asvat

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