|
Por: Noticieros Televisa Fuente: Efe 25. Feb. 2016
Foto: AP
- El gobierno de Panamá compartirá información fiscal con otros países de acuerdo con parámetros de la OCDE sólo si Estados Unidos también lo hace
PANAMÁ, Panamá, feb. 25, 2016.- Panamá está dispuesta a compartir información fiscal con otros países siguiendo todos los parámetros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), si también lo hace Estados Unidos, informaron hoy fuentes oficiales.
Si Estados Unidos se adhiere (al acuerdo de intercambio de información automática de la OCDE), «Panamá podría moverse en esa dirección, en la medida en que todos los países de la región sigan los mismos estándares», dijo hoy en una charla con periodistas la secretaria técnica de la Comisión de Alto Nivel Presidencial para la Defensa de los Servicios Internacionales y Financieros de Panamá (CANDSIF), Laura Barrios.
La OCDE fundó en el año 2000 el Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información Tributaria que pretende conseguir transparencia fiscal internacional para evitar la evasión en los países miembros y erradicar los paraísos fiscales.
Para ello, diseñó dos estándares de intercambio de información bancaria entre países: previo requerimiento (EOIR, por sus siglas en inglés) y automática (AEOI, por sus siglas en inglés).
Panamá, que forma parte del Foro, se comprometió a compartir información bancaria de manera automática, pero siguiendo sus propias reglas, como hace por ejemplo Estados Unidos.
El país centroamericano quiere que el acuerdo implique «bilateralidad, reciprocidad, igualdad de condiciones y garantía de que las contrapartes cuenten con procesos adecuados de confidencialidad», explicó la secretaria técnica de la CANDSIF.
«Guardar el secreto bancario es importante para nosotros. El presidente se comprometió a compartir información, pero de manera bilateral y recíproca. Hemos venido recibiendo de la OCDE palos porque no hemos querido adaptarnos a lo que ellos quieren imponer», afirmó el vicecanciller, Luis Miguel Hincapié.
Estados Unidos, el centro bancario que compite con Panamá en la región, comparte información con restricciones y siguiendo el marco regulatorio FATCA (US Foreign Account Tax Compliance Act), que se empezó a aplicar en enero de 2014 y que tiene como propósito controlar la evasión fiscal de residentes americanos con inversiones fuera de EU.
Que Panamá asuma los estándares de la OCDE y no lo hagan «otros competidores», le podría acarrear importantes «pérdidas de competitividad» al centro bancario panameño, señaló Barrios.
Por Alvaro Tomas
La palabra hipocresía tiene diversas fuentes etimológicas. A mí me gusta más la combinación griega de hypo que significa «máscara» y crytes que significa «respuesta». Es decir, se puede traducir como “responder con máscaras”. Puedo visualizar, sin mucho esfuerzo, a los burócratas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) riéndose a carcajadas de los países del tercer mundo en mascaradas, creyéndose que son importantes líderes mundiales, degustando finos vinos y quesos franceses en la Ciudad de la Luz. Por eso hay que quitarles la máscara.
Los exhorto a leer un reporte de noviembre de 2015 que hizo EURODAD denominado “50 Sombras de Elusión Fiscal”, en una clara parodia al libro 50 Sombras de Grey, en el enlace https://www.eurodad.org/fiftyshadesoftaxdodging. EURODAD es una red de 46 organizaciones de la sociedad civil, localizadas en 20 países europeos, creada con el fin de transformar políticas e instituciones europeas en la búsqueda de erradicar la pobreza y asegurar derechos humanos iguales para todos.
Dicho reporte ayuda a entender la máscara que usa la OCDE. El resumen menciona como Francia y el Reino Unido, otrora potencias mundiales, han jugado un papel primordial en bloquear las aspiraciones de los países en vías de desarrollo para sentarse en la mesa donde se establecen los estándares y las reglas impositivas que afectan al mundo. Al menos el escrito resalta que existe más conciencia de que los países más pobres del mundo son impactados negativamente por un sistema de impuestos global que ellos no crearon y que las ha sido impuesto por naciones más poderosas.
Leerán como los países europeos, para no afectar la competitividad de sus economías, ignoran a su conveniencia las directrices de la OCDE. Por ejemplo, el reporte acota que Francia “una vez era el líder en la demanda para acceso público a la información de lo que pagan las multinacionales en impuestos y ahora, ha dejado de empujar la transparencia corporativa”. Y así pueden ver como muchos países de la OCDE están identificados con el color rojo en el informe (Holanda, España, Alemania, Italia, entre otros), es decir, fallan en sus esfuerzos por cumplir con la transparencia que nos piden a los países en vías de desarrollo -como Panamá- que ofrecemos una plataforma de servicios financieros que está íntimamente ligada a nuestro crecimiento económico y al bienestar de nuestros ciudadanos.
Como reafirma el reporte, la realidad es que más de 100 países en vías de desarrollo son excluidos del proceso de toma de decisiones, a nivel mundial, en temas de impuestos. La Unión Europea, cuyos miembros son todos de la OCDE, ha sido instrumental en mantener el tema impositivo global en manos de ese club de países ricos y en negar que los países pobres sean escuchados como establece y demanda el derecho internacional público.
Mi objetivo no es, como si se tratara de una conspiración producto de mi imaginación, repetir incansablemente que la OCDE es un antro lleno de burócratas sinvergüenzas y que está empeñada en acabar con las plataformas de servicios financieros de países pobres. Lo que quiero es presentar hechos concretos, informes, lecturas y artículos escritos en prestigiosas revistas por destacados periodistas que también critican y se sienten ofendidos por la hipocresía y el daño que cometen organismos como la OCDE al tratar de acabar con la competencia por atraer inversiones extranjeras que tanto necesitan países como el nuestro.
Hace dos días leí unas declaraciones para Televisa del Viceministro de Relaciones Exteriores de Panamá Luis M. Hincapié y de la Secretaria Técnica de la Comisión de Alto Nivel Presidencial para la Defensa de los Servicios Internacionales y Financieros de Panamá (CANDSIF), Laura Barrios Altafulla. En dichas declaraciones, Barrios e Hincapié advierten que si los Estados Unidos de Norteamérica se adhiere al acuerdo de intercambio de información automática de la OCDE, Panamá podría moverse en esa dirección. Además, recuerdan que Panamá se comprometió a compartir información fiscal de manera automática, pero siguiendo sus propias reglas, como hace, por ejemplo, los Estados Unidos. Estos funcionarios valientes no han hecho más que exigir el principio básico del “level playing field”; exigir que nos traten a todos los países por igual como establece el derecho internacional público; pedir que permitan que los países en vías de desarrollo escojan su camino para salir de la pobreza y quitarle la máscara a la OCDE. Enhorabuena. Viva Panamá.
Por Alvaro Tomas
Los burócratas franceses, que dominan de facto el Foro Global (un apéndice de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico –OCDE), buscan sentar en el banquillo a Panamá la próxima semana que viajará nuestro ministro de economía y finanzas a Paris. Esto se debe a que Panamá no aceptó adherirse a los Estándares de Reporte Comunes (Common Reporting Standards o “CRS”) que exige dicho organismo como parte del intercambio fiscal automático. Panamá, en ejercicio de su soberanía, en defensa de sus intereses y porque no es obligatorio, ante ningún organismo de derecho internacional público, no acepta dichos estándares. Punto. Esto se lo confirmó la firma de abogados norteamericana Greenberg Traurig (GT) a Ángel Gurria, Secretario General de OCDE, en una nota que causó mucha molestia entre sus ejecutivos. Fue tal la sorpresa, que escupieron sus tragos de champan en forma colectiva.
La OCDE no está acostumbrada a que le digan que no a sus exigencias y mucho menos que una firma como GT sea contratada para defender a un país y resaltar la ilegalidad de los actos, de dicho organismo, a la luz del Derecho Internacional Público. La gran mayoría de los países y las jurisdicciones que se han adherido a los CRS ni siquiera tienen plataforma de servicios financieros por lo que no tienen nada que perder y le dicen que sí a todo lo que propone el Foro Global.
Así que el Foro Global cambia de táctica con nuestro país. Nos mandan mensajes a través de embajadores y oficiales europeos que, muy enfáticamente, recomiendan a Panamá su adhesión sin condiciones a los CRS so pena de quedar como un paria. No aceptan ni le dan valor alguno a los comunicados de nuestra Cancillería que afirmaron, en repetidas ocasiones , que Panamá estará listo en el 2018 para intercambiar información fiscal en forma bilateral con los países con que escojamos negociar este tipo de tratados.
Llama la atención el interés particular de oficiales y diplomáticos del Reino Unido que tratan de convencer a nuestra Cancillería que tiremos la toalla. Es chistoso que hayan escogido a los ingleses para hablarnos de intercambio de información y de transparencia cuando la prestigiosa revista inglesa The Economist (30 de enero de 2016, pág. 50) detalla en un artículo la cooperación inglesa con la cleptocracia rusa y llama a su capital Londongrad. Dicha revista estima que la suma invertida en Londres por rusos sumaba, para el año 2014, unos US$39 billones. Dice la revista: “Hoy, la plata turbia relacionada al Kremlin se derrama a través del mercado de bienes raíces, bancario y de energía de Londres todo con la complicidad de banqueros británicos, abogados y agentes de bienes raíces…”. Qué caraduras.
Es lamentable que el Foro Global se haya ensañado con nuestro país. Los Estados Unidos no han aceptado sus recomendaciones de adherirse a ningún tipo de estándar del Foro Global. Por esa razón es que no puede haber el “level-playing field” que pregona el Foro Global mientras Estados Unidos, la plataforma financiera y de servicios más grande del mundo, no se adhiera a los CRS. Qué esperanza tenemos los países que sí dependemos de tener un centro financiero para sobrevivir si Estados Unidos juega con otras reglas?
Si no defendemos al sistema financiero nacional, se irán los bancos y se disminuirá la posibilidad de que el crédito local -que permite la construcción, la obtención de viviendas populares, entre otras cosas- deje de fluir y se encarezca al haber menos plata circulando en detrimento de la economía nacional y por ende de los panameños.
Esto no es una lucha de abogados, de banqueros, de la Cancillería o de los panameñistas. Es de todos. Es una lucha contra la injusticia y la inmoralidad de los países miembros de la OCDE que quieren hundir a Panamá y a otros países del Caribe por la sencilla razón de que -bajo la excusa de la evasión fiscal de sus ciudadanos- quieren quitarnos un negocio que genera empleomanía, crecimiento económico y hace que Panamá se distinga del resto de América Latina.
Esto es una guerra económica en que los países ricos quieren acabar con el modus vivendi de naciones más pequeñas que han encontrado un nicho en el mundo de los servicios financieros. Algunos dirán: el mundo cambió y hay que adaptarse; ellos son los que mandan. Qué fácil y que cómodo. Yo prefiero morir con las botas puestas. Que viva Panamá.
El número de cuentas bancarias que se trasladan desde el país helvético se multiplica tras la decisión de no sumarse a los estándares de la OCDE
Bloomberg
Reno 3 FEB 2016 – 12:25 CET
Una puerta de neones en la ciudad de Reno (Nevada, EE UU). Corbis
El pasado mes de septiembre, en una oficina de un bufete de abogados con vistas a la Bahía de San Francisco, el director general de Rothschild, Andrew Penney, daba una charla sobre las alternativas de los más ricos para evitar pagar impuestos. Su mensaje era claro: hoy por hoy, la mejor opción es mover su fortuna a Estados Unidos, libre de cargas fiscales y a hurtadillas de los Gobiernos. Algunos se refieren ya al país norteamericano como “la nueva Suiza”.
Tras años arremetiendo contra otros países por ayudar a los estadounidenses más acaudalados a esconder su dinero, EE UU está emergiendo como un paraíso fiscal de primer orden para los extranjeros adinerados. Gracias a su resistencia a las nuevas normativas internacionales de divulgación de información, EE UU ha pasado a ser centro de interés de las grandes fortunas para depositar su dinero. Todo el mundo, desde los abogados londinenses hasta los trust suizos han visto la oportunidad y se han ofrecido a ayudar a los más ricos a trasladar sus cuentas corrientes desde las Bahamas o las Islas Vírgenes Británicas a Estados como Nevada, Wyoming o Dakota del Sur.
«Qué irónico y qué perverso es que EE UU, siempre tan mojigato en su condena a la actuación de los bancos suizos, se haya convertido en un referente del secreto bancario», escribía en una reciente publicación jurídica Peter A. Cotorceanu, del bufete de abogados suizo Anaford. «¿Escuchas ese gigantesco sonido de succión? Es el dinero que fluye hacia EE UU», añadía gráficamente.
La centenaria institución financiera europea Rothschild acaba de abrir oficina en Reno (Nevada), a solo unos bloques de distancia de los míticos casinos Harrah y Eldorado. Ahora se dedica a sacar las fortunas de sus clientes extranjeros de países como las Islas Bermudas, donde están sujetas a la nueva normativa de divulgación de información, e introducirlas en sus trust de Nevada donde están exentas.
La firma dice que su desembarco en Reno responde al interés de las familias de todo el mundo por la estabilidad de EE UU y a que sus clientes deben demostrar que cumplen con la normativa fiscal de sus países de origen. Su fideicomiso, añade una portavoz de Rothschild, “no se ha puesto en marcha con la intención de explotar el hecho de que EE UU no haya refrendado los nuevos estándares internacionales”.
De Suiza a Estados Unidos
Pero Rothschild no está sola. Otros también están dando el salto: la suiza Cisa Trust, con sede en Ginebra y especializada en el asesoramiento a los latinoamericanos más acaudalados, ya ha pedido permiso para abrir una filial en Pierre (Dakota del Sur), una decisión que responde, según su presidente John J. Ryan Jr., a las “necesidades” de sus clientes extranjeros.
Uno de los principales proveedores de servicios en paraísos fiscales, Trident Trust, movió en diciembre docenas de cuentas de Suiza y las Islas Caimán, entre otros, a Sioux Falls (Dakota del Sur). “Cerramos en las Caimán en diciembre”, confirma Alice Rokahr, presidenta de Trident en Dakota del Sur, uno de los Estados que promueven la confidencialidad y la baja fiscalidad. “Me sorprendió cuántos de los que vinieron aquí eran clientes de bancos suizos que querían sacar su dinero de aquel país”.
Todo el mundo, desde los abogados londinenses hasta los trust suizos se han ofrecido a ayudar a trasladar cuentas corrientes a EE UU
Rokahr y otros asesores sostienen que mantener cierto secretismo en torno a la identidad de sus clientes es legítimo: la confidencialidad sobre depósitos bancarios —en EE UU, Suiza u otros países— les protege frente a secuestros o extorsiones. Las personas con mucho dinero, añade, se sienten más seguras en depositar sus fondos en EE UU que en otros países. Rokahr asegura que «jamás» escuchó «a nadie decir ‘voy a evadir los impuestos’». «Son personas que legítimamente se preocupan por su seguridad».
Nadie piensa que los paraísos fiscales puedan desaparecer de un día para otro. Los bancos suizos siguen salvaguardando unos 1.900 millones de dólares (1.740 millones de euros) de clientes extranjeros, según Gabriel Zucman, profesor de economía en la Universidad de Berkeley, en California. Tampoco queda claro hasta qué punto los casi 100 países que han firmado los acuerdos sobre el intercambio de información de cuentas financieras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) respetan sus obligaciones.
Lo cierto es que no hay nada ilegal en atraer clientes extranjeros para que depositen su dinero en EE UU, garantizando a cambio su total confidencialidad. Pero, siempre y cuando no se esté favoreciendo intencionalmente la evasión fiscal en otros países. En este sentido, EE UU es uno de los pocos países del mundo donde los trusts promueven que se muevan fondos asegurando que las informaciones sobre los depósitos no serán divulgadas a las autoridades extranjeras.
Reno, Nevada, una ciudad clave
La oficina de la entidad financiera Rothschild en Reno (Nevada) es pionera en este aspecto. La «pequeña ciudad más grande del mundo», según se autodenomina, es un lugar original para crear un centro global de fuga de capitales. Si se quisiera rodar una película sobre Las Vegas en 1971, se tendría que rodar en Reno, con sus hoteles y casinos abiertos 24 horas y su arsenal de armas de fuego. Las luces de neón de color rosa de los casinos aún lucen, aunque estén prácticamente vacíos, dado que los viajeros ya prefieren ir a Las Vegas, meca de los casinos en la actualidad, que está a poco más de una hora de vuelo.
Las oficinas de Rothschild Trust North America no son fáciles de encontrar. Están en el 12º piso del edificio en el que se hallaba la vieja sede de Porsche en EE UU, a pocas cuadras de los casinos (como curiosidad, la oficina del fiscal está en el sexto piso del mismo bloque). En la entrada del edificio, sin embargo, no hay ningún distintivo de Rothschild: los clientes tienen que ir dos plantas más abajo, en las oficinas de McDonald Carano Wilson, un bufete de abogados con muchos contactos en la política. Varios exfuncionarios de alto rango de Nevada, el dueño de uno de los casinos más grandes de la ciudad y varios lobistas trabajan allí. Uno de ellos, Robert Armstrong, es directivo de Rothschild Trust North America y uno de los mejores trusts del Estado.
Las personas con mucho dinero se sienten más seguras en depositar sus fondos en EE UU que en otros países
Esta fiduciaria se fundó en 2013 para atender a las familias de extranjeros, particularmente a las que tienen parientes en EE UU, según informa Rothschild. «No ofrecemos servicios legales a los clientes a menos que estemos absolutamente seguros de que sus asuntos fiscales están en orden, y tanto los clientes como abogados tributarios independientes tienen que confirmarnos esta condición», asegura Rees.
Scott Cripps, un abogado experto en cuestiones fiscales que presta sus servicios a Bank of the West, la quinta entidad financiera más importante de California, filial del gigante francés BNP Paribas, es también director gerente de una empresa fiduciaria en Nevada y explica que mover el dinero desde los paraísos fiscales a Nevada es parte del nuevo negocio de Rothschild. «Una gran cantidad de personas está dispuesta a hacer lo mismo», sostiene.
Para clientes ricos extranjeros «la privacidad es muy importante, sobre todo para los que vienen de países donde la corrupción es un problema de primer orden». Una familia turca adinerada utiliza la sociedad fiduciaria de Rothschild para mover fondos de las Islas Bahamas a EE UU, añade Cripps. Otros clientes, una familia de origen asiático, ha transferido fondos desde las Bermudas a Nevada. Los clientes, explica Cripps, suelen ser familias de países extranjeros que tienen a sus hijos viviendo en Norteamérica.
El plan contra la evasión fiscal de la OCDE
Durante décadas, Suiza fue la capital mundial del secreto bancario. Pero ahora las cosas están cambiando. En 2007, el banquero Bradley Birkenfeld, del grupo UBS, denunció que su compañía ayudaba a clientes estadounidenses a evadir impuestos a través de cuentas en el extranjero. Los bancos no salieron indemnes del escándalo. Más de 80 entidades, entre ellas las suizas UBS y Credit Suisse, tuvieron que pagar cerca de 5.000 millones de dólares en multas. También estaba Rothschild Bank, que en junio llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE UU en el que admitía haber ayudado a sus clientes a esconder capitales en el exterior y acordaba pagar una multa de más de 11 millones de dólares. Además, tuvo que cerrar 300 cuentas en las que estaban depositados casi 800 millones de dólares.
Para poner fin a estas prácticas, en 2010 el Gobierno estadounidense aprobó una Ley –la Fatca, por sus siglas en inglés– que obliga a las entidades financieras a notificar las cuentas de sus ciudadanos depositadas en el extranjero y que fija fuertes multas en caso de incumplimiento. En esta misma línea, la OCDE elaboró unas normas incluso más severas para descubrir a los evasores fiscales. Desde 2014, 97 países miembros de este organismo —con las únicas excepciones de tres pequeños países (Bahréin, Nauru, Vanuatu) y uno gigante (Estados Unidos)— acordaron aumentar medidas de control y transparencia para las cuentas bancarias depositadas en el exterior.
«Tengo un gran respeto por Barack Obama, porque sin él jamás habríamos conseguido estándares para los informes bancarios», explica Sven Giegold, diputado de los verdes alemanes en el Parlamento Europeo, quien, sin embargo, añade: «Ahora es el momento de que EE UU entregue a Europa lo que los europeos están dispuestos a entregarle». El Departamento del Tesoro de EE UU ni siquiera pidió disculpas por no sumarse al marco de estándares elaborado por la OCDE. «Estados Unidos ha luchado contra la evasión fiscal internacional actuando directamente en las cuentas depositadas en el exterior», afirmó el portavoz del Tesoro estadounidense Ryan Daniels, puntualizando que la iniciativa de la OCDE «está fundamentada» directamente en la Fatca.
La situación actual representa, sin duda, una buena oportunidad de negocio para los operadores financieros. En el borrador de su discurso en San Francisco, Penney escribió que Estados Unidos es «el mayor paraíso fiscal del mundo». Este país, agregó, carece de «los recursos para hacer cumplir las leyes tributarias extranjeras y no tiene muchas ganas de hacerlo».
En 2010, el Gobierno aprobó una Ley que obliga a las entidades financieras a notificar las cuentas de ciudadanos depositadas en el extranjero
Mientras, las compañías no están perdiendo tiempo para aprovecharse de la situación. Bolton Global Capital, una entidad con sede en Boston (Massachusetts EE UU), hizo circular un email con un ejemplo. Un mexicano adinerado abre una cuenta en Estados Unidos, a través de una entidad con sede en las Islas Vírgenes. En este caso se deberá enviar a las autoridades estadounidenses solo el nombre de la empresa del mexicano, mientras que el nombre del cliente se deberá comunicar únicamente a las autoridades mexicanas.
La decisión de EE UU de no sumarse a los estándares de la OCDE «representa un importante factor de crecimiento de nuestro negocio», escribió el director ejecutivo de Bolton Global Capital, Ray Grenier, en otro correo electrónico dirigido a los banqueros. La compañía está constatando cómo crece cada vez más el número de cuentas bancarias que se trasladan desde Suiza: la normativa de la OCDE fue «el inicio del éxodo», resumió durante una entrevista.
Blanqueo de dinero
El Departamento del Tesoro de EE UU está planteando estándares de control para las cuentas de extranjeros depositadas en el país similares a los de la OCDE. Estas propuestas, sin embargo, ya fracasaron en pasado por la oposición de un Congreso controlado por los republicanos y los lobbies (grupos de presión) del sector financiero. La cuestión, en definitiva, no solo tiene que ver con la evasión fiscal que ciudadanos extranjeros realizan en sus países de origen, sino también con la entrada de capitales en provienen de actividades ilícitas y que constituyen un intento de lavado de dinero.
Según los datos de la ONU, cada año entran en EE UU al menos 1.600 millones de dólares con esta finalidad. «Ofrecer a los clientes privacidad no es ilegal en Estados Unidos, pero si las entidades financieras saben que sus clientes está infringiendo las leyes de sus países de origen, entonces deben actuar», señala Scott Michel, abogado experto en derecho tributario de la firma Caplin & Drysdale, en Washington.
Rothschild cree que las medidas que se toman para asegurarse que las cuentas de los clientes estén debidamente declaradas son «particularmente exigentes». El banco «se adhiere a las normas, los impuestos y los vínculos legales de cada contexto donde opera», asegura una portavoz de la entidad.
Penney, un abogado que trabaja desde hace tiempo para Rotschild llevando a cabo operaciones fiduciarias en la pequeña Isla británica de Guernsey, tiene 56 años y es directivo de la compañía Rothschild Wealth Management & Trust, con sede en Londres. Maneja unos 23.000 millones de dólares, propiedad de unos 7.000 clientes afiliados a oficinas en Milán, Zúrich y Hong Kong. Hace unos años fue elegido «trust del año» por un núcleo selecto de asesores financieros británicos.
En un borrador de su charla en la conferencia de septiembre en San Francisco, titulada «Utilizar el marco fiduciario de Estados Unidos en una óptica de planificación internacional: diez hazañas asombrosas para impresionar a clientes y asociados”, Penney especificó cómo evitar legalmente que un cliente tuviera que pagar impuestos en Estados Unidos y tener que divulgar sus datos a su país de origen.
Penney mencionó el ejemplo de un inversor chino, un tal Wang, residente en Hong Kong y originario del gigante asiático, preocupado por que las autoridades chinas pudieran llegar a conocer su fortuna. Colocando sus fondos en una sociedad de responsabilidad limitada en Nevada, a su vez de propiedad de un fiduciario de Nevada, el efecto es evitar pagar impuestos en Estados Unidos, consideró Penny. No habría formulario al que no se pudiera contestar con: «Ninguna información significativa para el intercambio de informaciones, según los acuerdos entre Hong Kong y Estados Unidos», concluía Penney.
Rothshchild considera que el texto del discurso fue revisado antes de que Penney pudiera pronunciarlo y que en la versión final de la ponencia habían desaparecido los pasajes controvertidos. Por ejemplo, que Estados Unidos es el «mayor país fiscal del mundo»; que su actitud para hacer cumplir las leyes tributarias de otros países es laxa, y que tiene una concepción de “privacidad” doble.
«La ponencia se preparó en respuesta a una petición de los organizadores que querían argumentos controvertidos para animar el debate entre expertos y profesionales», argumentó Rees. «Por eso, cuando se revisó la ponencia, las partes controvertidas fueron eliminadas al considerarse que no representaban a Rothschild ni a la misma opinión de Penney. Por lo tanto, se borraron».
Por Alvaro Tomas
Publicado en el diario La Prensa
Febrero 1, 2016
El título de este artículo no es de mi autoría. Bloomberg Businessweek, una de las agencias de noticias financieras más prestigiosas del mundo, publicó un artículo escrito por Jesse Drucker, el día 27 de enero de este año, titulado The World’s Favorite New Tax Haven Is the United States (ver: https://www.bloomberg.com/news/articles/2016-01-27/the-world-s-favorite-new-tax-haven-is-the-united-states). En este, el autor detalla cómo Estados Unidos (EU) ha engañado magistralmente a sus esbirros europeos con Fatca (Foreign Account Tax Compliance Act) y el grito de “transparencia” con el único objetivo de monopolizar el negocio de manejo de fondos activos financieros y la formación de sociedades anónimas.
Este artículo es una gaznatada a los miembros del club privado llamado OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) y la razón por la cual Panamá debe seguir defendiendo su plataforma de servicios financieros.
Drucker procede, con la calma de un cirujano, a describir el efecto positivo que ha creado EU para su plataforma de servicios financieros y legales al exigir transparencia fiscal al mundo entero con su famoso acuerdo Fatca, pero negándose a firmar los acuerdos de transparencia que exige la OCDE al resto de los países.
Cita a un ejecutivo llamado Andrew Penney, de la empresa Rothschild & Co., que en septiembre del año pasado dio una charla en San Francisco, California, donde expone ejemplos de lo que pasaría cuando un extranjero abre una cuenta bancaria en EU y concluye con lo siguiente: “Usted puede ayudar a sus clientes a mover sus fortunas a EU, libre de impuestos y escondido de sus Gobiernos. Algunos lo llaman la nueva Suiza”.
Inspirado en Fatca, advierte Drucker, la OCDE creó estándares más estrictos para evitar la evasión fiscal. Desde 2014, 97 jurisdicciones han firmado los llamados Common Reporting Standards de la OCDE y solo se han opuesto totalmente Vanuatu, Bahréin, Nauru y… EU.
Les recuerdo que Panamá, al igual que las Bahamas, aceptó adherirse este año, a disgusto de la OCDE, puesto que pusimos como condición que fuera de forma bilateral, a requerimiento y solamente con los países que consideramos nos resulte beneficioso.
Es decir, EU, que armó el alboroto del intercambio fiscal, le sacó el dedo mayor a Pascal Saint-Amans y a su séquito de burócratas, quienes se dan la grande vie en París sin pagar un céntimo en impuestos. Pero parece que ya algunos europeos empiezan a caer en cuenta de la gran contradicción. Sven Giegold, miembro del parlamento alemán, afirma: “Tengo mucho respeto por la administración Obama, ya que sin sus primeras movidas no hubiéramos llegado a los estándares de intercambio”. Luego, agrega, (presumo que en tono de resignación): “Por otro lado, es hora de que Estados Unidos entregue a los europeos lo que estos están dispuestos a entregar a los EU”. Amigo Giegold, la información fiscal automática la recibirán en Europa, como dicen los gringos, cuando se congele el infierno.
Más temprano que tarde, nuestro vecino Colombia saldrá de su estado de éxtasis por entrar en la OCDE y reconocerá que los fondos depositados en Panamá por colombianos no regresarán a Colombia, saldrán para EU, bajo sociedades anónimas norteamericanas de Delaware, Nevada o Wyoming.
Además, que las autoridades colombianas al pedir información fiscal de sus coterráneos recibirán la siguiente respuesta de las autoridades norteamericanas: que no pueden entregársela pues no saben quién es el beneficiario final de la sociedad o, si tuvieran cuenta bancaria, tampoco porque está cubierto por el derecho a la confidencialidad. Colombia se tendrá que someter al intercambio a requerimiento y no al intercambio automático al que aspiran y el cual exige el club de naciones ricas ya mencionado. Para ese momento, Colombia habrá afectado las relaciones comerciales y diplomáticas con Panamá para siempre.
Avistada, anunciada y alertada la estrategia norteamericana por varios juristas locales, los europeos empiezan a caer en cuenta sobre la verdadera componenda y el resultado de la estrategia norteamericana cuyo objetivo siempre fue dominar el mercado de servicios financieros y legales. Ahora deben reconocer que cayeron en una trampa, trampa esta en la que Panamá no puede darse el lujo de caer.
Y para los que piensan que los gringos no son capaces de planear esto y conspirar económicamente contra otros países con tanta premeditación, les recomiendo leer Confessions of an Economic Hit Man (2005), de John Perkins.
Álvaro Tomas, abogado
Ante la imposibilidad de negociar la firma de un tratado para evitar la doble tributación entre Panamá y Colombia, quiero dejar claro que me opongo férreamente a la firma de cualquier acuerdo de intercambio de información fiscal automático con dicho país. Lo ideal sería no firmar nada pero lo realista, en aras de la diplomacia y las relaciones bilaterales, es que Panamá imponga un modelo de acuerdo de intercambio de información que defienda nuestra plataforma de servicios y sirva de plantilla para el resto de los acuerdos que firmaremos con el país que queramos en un futuro (así como los gringos tienen su modelo FATCA). Siento que la terquedad del gobierno colombiano está perjudicando las relaciones históricas entre dos naciones hermanas. Me opongo a que Colombia llame a Panamá un “paraíso fiscal” y me ofende que incluirnos en su lista negra sea un guiño a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El gobierno del Presidente Santos olvida que Panamá ha acogido a sus hermanos colombianos desde hace décadas sin pensarlo dos veces. A lo largo de los conflictos con las guerrillas, la narco mafia y en las situaciones económicas más difíciles, los colombianos de toda clase social, raza y profesión siempre han encontrado un refugio en Panamá. Con la expansión de sus industrias hacia el extranjero, Panamá abrió sus puertas a la inversión colombiana en las industrias de cemento, cervezas, restaurantes de comida rápida, alimentos y más recientemente en la industria bancaria, de seguros y financiera.
Los panameños hemos sido aliados y hermanos en democracia y en la derecha cuando la región se infectaba del populismo salvaje y canceroso de la izquierda. Pero ahora, el gobierno del Presidente Santos está encaprichado en doblegar la soberanía panameña, pisotear nuestro orgullo, violar el derecho internacional público que rige las naciones bajo el supuesto de reducir el déficit fiscal colombiano y complacer a los países europeos, miembros de ese engendro burocrático denominado la OCDE, que buscan convertir a los países latinos en sus adláteres.
No entienden que más allá de afectar nuestras relaciones diplomáticas y comerciales no lograrán su propósito de gravar fondos depositados en el extranjero. Los fondos se moverán a los Estados Unidos, uno de los paraísos fiscales más grandes y menos transparentes del mundo. Los Estados Unidos no acepta el estándar común de intercambio de información automático que “exige” la OCDE y por eso Colombia no recibirá la información que tanto anhelan.
Ante el daño grave a la economía y a la plataforma de servicios de Panamá que podría causarnos el país vecino si insiste en complacer a la OCDE, yo apoyaría una demanda a Colombia ante la Organización Mundial de Comercio, que se apliquen medidas de retorsión y además pedir que nos indemnicen los miles de millones de dólares que Panamá ha gastado anualmente en recursos humanos, bélicos y materiales para evitar que las drogas, que Colombia no puede dejar de producir y exportar, entre a nuestras costas. Aún queda tiempo para que el gobierno colombiano reconsidere su error diplomático, histórico y comercial, y valore lo que nos une como naciones.
Finalmente, el exabrupto del ministro francés de finanzas Michel Sapin al declarar que Francia vigilará el intercambio de información con Panamá, a pesar de que tenemos un tratado para doble imposición firmado y vigente entre ambas naciones, es inaceptable. Ya dan pereza los franceses; su arrogancia, su autoestima exagerada, su insistencia en ser considerados un poder mundial, sus deseos de sentarse en la mesa de los adultos y sus políticas socialistas fracasadas. El ministro galo nos advierte que si Panamá no se acoge al estándar en intercambio de la información fiscal de la OCDE deberá atenerse a las consecuencias. Me imagino que el corajudo de Sapin a los Estados Unidos, que no se acogió y no se acogerá el estándar de intercambio automático de la OCDE, no se atreve a lanzarle las mismas amenazas. Que el 2016 sea venturoso para Uds. y que sea un año en que Panamá se pare bonito ante los ataques de la OCDE y sus cagatintas.
Por Adolfo Linares
Diario La Prensa
Diciembre 24, 2015
Las declaraciones del ministro de Finanzas francés contra Panamá, además de irrespetuosas, son prueba irrefutable de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no es un ente imparcial de derecho internacional, que respeta la soberanía y la igualdad jurídica de los Estados, sino que su actuación está para proteger los intereses de sus países miembros y que sus estándares –que quieren imponer a Panamá y al resto del mundo– están hechos a la imagen, semejanza y para el beneficio de ellos.
Con esta confesión de parte del ministro francés, queda al descubierto que la cacareada cantaleta de transparencia fiscal no es más que una charada inventada por la Europa colonial para imponer su supremacía económica y fiscal sobre países “del nuevo mundo”, débiles como Panamá. Usando la misma estrategia y con las mismas intenciones rapaces y confiscatorias que llevaron a los monarcas españoles de la casa de Borbón –que eran franceses, no olvidemos– a imponer las reformas borbónicas al Virreinato de Nueva España, para exprimir hasta el tuétano con nuevos impuestos a las colonias españolas. Ahora Francia, por medio de la OCDE, pretende imponernos intercambios automáticos para convertir a Panamá en un recaudador de impuestos del Tesoro francés, para poder así mantener su insostenible estado de bienestar, con gobiernos gordos, impuestos confiscatorios e industrias contaminantes. Es la misma historia 500 años después.
Presumiendo que las quejas hacia Panamá fueran verdad, el hecho de haberlas hecho públicas no tiene otro propósito que el de avergonzarnos e indisponernos ante la comunidad internacional, y reforzar nuestros complejos de inferioridad. Este reclamo, si hubiera sido de buena fe, debieron hacerlo en privado, frente a las autoridades panameñas correspondientes, y no tirarlo directamente a los medios de comunicación. Me parece que la Cancillería debiera llamar al embajador de Francia en Panamá para entregarle una queja formal del Gobierno nacional e informarle que el disgusto ha llegado a tal punto que Panamá está pensando seriamente reemplazar los vagones del Metro –que los provee la empresa francesa Alstom– por unos japoneses. Esto, para que empiecen a respetarnos.
De igual forma, hay que recordarles al embajador y al ministro de Finanzas de Francia, por medio del embajador de Panamá en el país galo, que según nuestra Constitución, el poder público solo emana del pueblo –no de la OCDE ni de la Unión Europea– y este ya se expresó en las palabras que diera el presidente de la República, Juan Carlos Varela, ante las Naciones Unidas, en el sentido de que Panamá no firmará el convenio de la OCDE.
No podemos seguir permitiendo esta clase de chantajes y amenazas de países que todavía mantienen delirios imperiales de grandeza y pretendan tratarnos como si fuéramos sus súbitos o antiguas colonias. Repito, esto solo lo pararemos en la medida en que dejemos la mentalidad de país bananero, superemos nuestros complejos y nos demos a respetar. De lo contrario, nos seguirán acosando.
Las declaraciones del ministro de Finanzas francés contra Panamá, además de irrespetuosas, son prueba irrefutable de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no es un ente imparcial de derecho internacional, que respeta la soberanía y la igualdad jurídica de los Estados, sino que su actuación está para proteger los intereses de sus países miembros y que sus estándares –que quieren imponer a Panamá y al resto del mundo– están hechos a la imagen, semejanza y para el beneficio de ellos.
Con esta confesión de parte del ministro francés, queda al descubierto que la cacareada cantaleta de transparencia fiscal no es más que una charada inventada por la Europa colonial para imponer su supremacía económica y fiscal sobre países “del nuevo mundo”, débiles como Panamá. Usando la misma estrategia y con las mismas intenciones rapaces y confiscatorias que llevaron a los monarcas españoles de la casa de Borbón –que eran franceses, no olvidemos– a imponer las reformas borbónicas al Virreinato de Nueva España, para exprimir hasta el tuétano con nuevos impuestos a las colonias españolas. Ahora Francia, por medio de la OCDE, pretende imponernos intercambios automáticos para convertir a Panamá en un recaudador de impuestos del Tesoro francés, para poder así mantener su insostenible estado de bienestar, con gobiernos gordos, impuestos confiscatorios e industrias contaminantes. Es la misma historia 500 años después.
Presumiendo que las quejas hacia Panamá fueran verdad, el hecho de haberlas hecho públicas no tiene otro propósito que el de avergonzarnos e indisponernos ante la comunidad internacional, y reforzar nuestros complejos de inferioridad. Este reclamo, si hubiera sido de buena fe, debieron hacerlo en privado, frente a las autoridades panameñas correspondientes, y no tirarlo directamente a los medios de comunicación. Me parece que la Cancillería debiera llamar al embajador de Francia en Panamá para entregarle una queja formal del Gobierno nacional e informarle que el disgusto ha llegado a tal punto que Panamá está pensando seriamente reemplazar los vagones del Metro –que los provee la empresa francesa Alstom– por unos japoneses. Esto, para que empiecen a respetarnos.
De igual forma, hay que recordarles al embajador y al ministro de Finanzas de Francia, por medio del embajador de Panamá en el país galo, que según nuestra Constitución, el poder público solo emana del pueblo –no de la OCDE ni de la Unión Europea– y este ya se expresó en las palabras que diera el presidente de la República, Juan Carlos Varela, ante las Naciones Unidas, en el sentido de que Panamá no firmará el convenio de la OCDE.
No podemos seguir permitiendo esta clase de chantajes y amenazas de países que todavía mantienen delirios imperiales de grandeza y pretendan tratarnos como si fuéramos sus súbitos o antiguas colonias. Repito, esto solo lo pararemos en la medida en que dejemos la mentalidad de país bananero, superemos nuestros complejos y nos demos a respetar. De lo contrario, nos seguirán acosando.
Por Adolfo Enrique Linares Franco
La Prensa
10 dic 2015
ESTÁNDARES EN MATERIA FISCAL
Estados Unidos (EU) y el resto de los países desarrollados –entiéndase los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)– han sido los grandes contaminadores y emisores de gases con efecto invernadero del planeta. La contaminación ambiental y el calentamiento global es el precio que el resto de la humanidad está pagando ad infinitum por ellos haber alcanzado su desarrollo y para que su población disfrute así una política de “estado de bienestar”, con gobiernos gordos, populistas, impuestos confiscatorios e industrias contaminantes.
Los bosques, ríos y demás riquezas naturales y humanas, así como los esclavos de sus antiguas colonias en América Latina, África, Asia, el Caribe y el Medio Oriente fueron consumidos, si no saqueados, para financiar su crecimiento, desarrollo y prosperidad. Qué mayor trofeo al imperialismo colonial europeo que el Museo Británico de Londres, monumento a la huaquearía más grande de la historia. Justo sería cuantificar esa fortuna que se llevaron y los convirtió en imperios a costa de nuestro subdesarrollo. Esa es una deuda externa que la Europa colonial y EU nos deben a nosotros, las colonias, pues todavía está pendiente.
El tercer mundo tiene también derecho a explotar sus recursos naturales, eso sí, de una manera humana, responsable y sostenible, así como a diseñar su economía y fiscalidad como mejor se considere conveniente para beneficio de sus pueblos, en ejercicio legítimo de nuestra soberanía, sin presiones ni empujones de los países desarrollados.
Me pregunto si igual que los cacareados estándares internacionales en materia fiscal que pretende imponer la OCDE a todo el mundo, menos a EU por supuesto, las iniciativas que salgan de la Conferencia sobre el Cambio Climático en París tendrán más de hipocresía, doble estándar, show mediático y tendencias imperiales, que de buena fe, sacrificio equitativo y respeto al derecho internacional público.
Si no pregúntenle a EU, que a pesar de ser el país más contaminante y el paraíso fiscal más grande del mundo, no es signatario del Protocolo de Kyoto ni tampoco intercambia información fiscal de los usuarios de su centro financiero, pero la OCDE ni nadie les dice nada.
¿Y qué decir de la farsa que es la guerra contra las drogas? Mientras en EU y Europa se sigue legalizando el uso recreacional y medicinal de la marihuana, creando empleos, impuestos y una industria con un potencial enorme, en el tercer mundo se nos obliga a seguir pagando el alto precio de una guerra inventada por ellos y para beneficio de ellos, que hace tiempo se perdió por originarse en una de las más grandes mentiras del siglo XX, y se pretende borrar el impacto positivo que ha tenido el cannabis en los últimos 5,000 años en la civilización, hasta convertirlo en el segundo cultivo de mayor producción y uso por el hombre, hasta su prohibición, para beneficiar sus industrias de textiles sintéticos, farmacéuticas, tabaco, maderera y militar a costa de nuestra sangre y del medio ambiente.
La criminalización lo único que ha traído es una economía “subterránea” y delictiva, con todas sus aristas negativas y un precio muy alto que estamos pagando en América Latina. El tema del abuso de sustancias de cualquier naturaleza, ya sea marihuana, tilenol, aspirina, alcohol, comida chatarra, tabaco, etc., debe ser tratado como un problema de salud pública y no militar.
Ya está bueno de que los países desarrollados todavía nos traten como si fuéramos sus súbditos. Pero claro, la culpa es nuestra, pues peor a que nos traten como país bananero es que nosotros mismos nos lo creamos y actuemos como tal. ¿Hasta cuándo?
Redacción de La Prensa
27 nov 2015 – 11:36h
ARANCELES DE TEXTILES Y CALZADOS
La decisión, es el resultado del procedimiento de solución de diferencias iniciado por Panamá contra Colombia ante la Organización Mundial del Comercio, por la adopción de aranceles mixtos sobre productos textiles, confección y calzados.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) decidió a favor a Panamá dentro del conflicto planteado por el establecimiento de aranceles mixtos a los textiles, prendas de vestir y calzados por parte de Colombia.
+ info
Disputas resueltas; se esperan anuncios
El fallo, dado a conocer hoy por el organismo internacional, concluye que las restricciones impuestas por Colombia son «incompatibles» con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) vigente desde el año 1994.
» En la medida en que Colombia ha actuado de manera incompatible con las disposiciones del GATT de 1994, ha anulado o menoscabado ventajas para Panamá resultantes de ese acuerdo», señala el fallo.
Colombia había alegado que los aranceles eran una medida contra el lavado de dinero, sin embargo, el panel de la OMC respaldó el reclamo de Panamá de que los aranceles que aplica Colombia, que consisten en un 10 % y un componente variable, violaban el rango máximo permitido de un 35% a un 40% sobre esos productos.
«Los argumentos y excepciones alegadas por Colombia, no lograron desvirtuar las exigencias y pretensiones planteados por Panamá”, señaló el ministro de Comercio e Industrias, Melitón Arrocha.
Colombia debe proceder a desmantelar dichas medidas, que han afectado las operaciones de la Zona Libre de Colón (ZLC), consideró Arrocha.
“Confiamos que con la decisión favorable a Panamá, Colombia adoptará los cambios necesarios en el menor tiempo posible y de forma permanente”, concluyó.
Redacción de La Prensa 27 nov 2015 – 11:36h
RANCELES DE TEXTILES Y CALZADOS
La decisión, es el resultado del procedimiento de solución de diferencias iniciado por Panamá contra Colombia ante la Organización Mundial del Comercio, por la adopción de aranceles mixtos sobre productos textiles, confección y calzados.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) decidió a favor a Panamá dentro del conflicto planteado por el establecimiento de aranceles mixtos a los textiles, prendas de vestir y calzados por parte de Colombia.
+ infoDisputas resueltas; se esperan anunciosEl fallo, dado a conocer hoy por el organismo internacional, concluye que las restricciones impuestas por Colombia son «incompatibles» con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) vigente desde el año 1994.
» En la medida en que Colombia ha actuado de manera incompatible con las disposiciones del GATT de 1994, ha anulado o menoscabado ventajas para Panamá resultantes de ese acuerdo», señala el fallo.
Colombia había alegado que los aranceles eran una medida contra el lavado de dinero, sin embargo, el panel de la OMC respaldó el reclamo de Panamá de que los aranceles que aplica Colombia, que consisten en un 10 % y un componente variable, violaban el rango máximo permitido de un 35% a un 40% sobre esos productos.
«Los argumentos y excepciones alegadas por Colombia, no lograron desvirtuar las exigencias y pretensiones planteados por Panamá”, señaló el ministro de Comercio e Industrias, Melitón Arrocha.
Colombia debe proceder a desmantelar dichas medidas, que han afectado las operaciones de la Zona Libre de Colón (ZLC), consideró Arrocha.
“Confiamos que con la decisión favorable a Panamá, Colombia adoptará los cambios necesarios en el menor tiempo posible y de forma permanente”, concluyó.
|
|